Las semillas de ajonjolí, a pesar de su pequeño tamaño, son un cultivo extremadamente valioso. El nombre científico de la planta de donde vienen es Sesamum Indicum, que es originaria de África pero ahora se encuentra principalmente a lo largo de Asia, siendo Myanmar e India los mayores productores en ese continente.
Estas plantas anuales son las plantas oleaginosas más antiguas conocidas por el hombre, y el aceite de sésamo o ajonjolí, que conforma hasta el 60% de la semilla, se usa mundialmente para cocinar y con fines medicinales. Las semillas en sí se usan como especia o condimento, perfectas para agregar un toque especial a cualquier platillo, aunque son especialmente apreciadas en panadería.
La planta de sésamo puede crecer hasta un metro y medio de altura; sus flores son de color blanco, rosa o morado rosáceo, y las semillas crecen dentro de pequeñas vainas alargadas. Cuando llega el momento de la cosecha, se agrupan los tallos y se extraen las semillas del interior de sus vainas.
El ajonjolí en México
Como muchos otros cultivos, el ajonjolí llegó al continente americano con los esclavos africanos, quienes traían esta semilla como parte de su dieta, utilizándola en diversos platillos, así como usando el aceite para enaltecer la belleza de la piel.
Este cultivo poco exigente de nutrientes, se desarrolla en una gran variedad de suelos, pero los más aptos son de texturas ligeras. Hay más de 15 variedades de ajonjolí, las cuales se pueden dividir por su color y su precocidad, las más comunes son de color blanco y negro o tostado.
Los agricultores mexicanos aportan 0.8% del ajonjolí que se cosecha en el mundo, siendo su rendimiento 1.9 veces mayor al del líder mundial. México es el productor número 15 en el mundo, generando hasta 20 millones de litros de aceite de ajonjolí.
Datos curiosos
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Son una excelente fuente de nutrición para veganos y omnívoros por igual y están relacionadas con resultados positivos para la salud. Si quieres saber por qué, sigue leyendo.
¿Cómo se distinguen las nueces de las semillas?
No siempre es fácil saber cuál es una u otra, o incluso para qué sirve cada una, pero esperamos que esta guía te sea de utilidad; comencemos con las nueces. Estas son el fruto de una planta que está rodeada por una cáscara dura. La definición botánica de una nuez implica que esta cáscara dura no se abre para liberar la semilla.
En el mundo culinario y de la nutrición, definimos los alimentos por su utilización en las recetas y por su contenido en nutrientes; es por eso que nunca usamos la definición botánica de un fruto porque eso incluiría nueces, granos integrales y muchas verduras.
Las semillas provienen de una planta cuyo propósito es convertirse en una nueva planta. Nuevamente, la definición culinaria específica que las semillas son comestibles para el consumo humano.
Sus beneficios
Estos alimentos son una excelente fuente de nutrientes esenciales y también contienen compuestos antioxidantes y antiinflamatorios, los cuales pueden ser beneficiosos para la salud a largo plazo.
Hay estudios que han encontrado que las personas que consumen nueces y semillas de manera regular, en comparación con las que no lo hacen, tienen una mejor salud cardíaca, control de peso y menor riesgo de algunos tipos de cáncer. Comer nueces y semillas también puede ser útil para las personas con diabetes tipo 2.
Son una buena fuente de fibra dietética; proporcionan grasas buenas, que nutren las células sanguíneas y ayudan a mantener la función cerebral. Ayudan a controlar los niveles de colesterol y son ricos en oligoelementos como selenio, magnesio, cobre y zinc, que nuestro cuerpo necesita.
¿Por qué es importante incluirlas en una dieta vegana?
Si bien los nutrientes que se encuentran en las nueces y las semillas pueden ser beneficiosos tanto para los veganos como para los omnívoros, son especialmente útiles para los veganos.
Son excelentes fuentes de proteínas de origen vegetal, por lo que suelen incorporarse a dietas basadas en plantas muy comúnmente, incluso como ingrediente principal para crear productos alternativos a los lácteos, como crema, queso y leches vegetales entre otros. Y vaya que en Don Zabor tenemos recetas de ese tipo que están para chuparse los dedos. Puedes encontrarlas en nuestro blog, por supuesto.
¿Qué tipo de semillas y nueces debes incluir en tu dieta?
Hay muchísimas nueces y semillas sabrosas que se pueden incluir en tu día a día. Algunas opciones fantásticas para las nueces incluyen:
¿Cómo utilizarlas en la cocina?
Como ya lo mencionamos, puedes utilizarlas para hacer productos alternativos a los lácteos como quesos veganos, leches vegetales, crema, yogurt, o bien, hacer parfaits o avena con chía o linaza para un desayuno saludable, para acompañar una ensalada o una pasta; si tienes reuniones con amigos o familia, puedes hacer dips deliciosos con las nueces y semillas, o bien utilizarlas para hacer granola e incluso como snacks o colaciones para darle energía a tu cuerpo a lo largo del día.
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La nuez de la India es elogiada por su importante reserva de nutrientes. Junto con las nueces de Brasil y las almendras, los anacardos tienen el mayor contenido de magnesio por porción de cualquier nuez de árbol. Y como la mayoría de las nueces, también son una buena fuente de vitamina E y fitoquímicos que combaten el cáncer.
De árbol a especia
Este condimento, aunque no es de origen mexicano, ha sido adoptado por nuestra gastronomía en infinidad de platillos dulces y salados. Originaria de Sri Lanka (antes Ceilán), ahora se cultiva en muchos países tropicales; Indonesia, China y Vietnam son los principales productores, dejando a Sri Lanka en cuarto lugar.
En México, se cultiva en ciertas zonas de Chiapas y Veracruz, ya que el clima de estos lugares es apropiado para que prospere, gracias a que es tropical húmedo y se mantiene con temperaturas arriba de los 25oC.
Este árbol siempre verde llega a medir hasta 13 metros, y el condimento que conocemos como canelaw2 viene de la corteza de este; se extrae cada dos años, se raspa la capa externa y se deja secar; con la ayuda de las manos de quien la trabaja, durante este proceso se encoge y adquiere la forma que conocemos, como una rama.
¿Canela falsa?
Cinnamomum verum fue descrita por el químico, botánico, zoólogo, geólogo, mineralogista y paleontólogo checo Jan Svatopluk Presl en 1825.
El nombre genérico Cinnamomum proviene del griego Kinnamon o Kinnamomon, que significa madera dulce. El epíteto específico verum se deriva del latino “verus, vera, verum” que quiere decir verdadero, para distinguirlo de otras especies de Cinnamomum de las cuales se obtiene un producto parecido pero de menor calidad.
Tal es el caso de la Cassia o Canela China (Cinnamomum aromaticum, Cinnamomum Cassia); aunque son muy similares, la Cassia es menos aromática, tiene un sabor más picante (similar al de la pimienta), mientras que la canela de Ceilán o canela mexicana tiene un sabor más sutil y es más fragante. La primera suele usarse para platillos salados y la segunda para los dulces.
¿Cómo diferenciar una de la otra? La canela Cassia se enrolla como un pergamino, terminando en dos bordes apuntando hacia adentro, además de que es más dura y gruesa. La de Ceilán, por otro lado, es quebradiza y se enrolla en capas delgadas, y tiene un color más claro.
Sus beneficios
Además de sus múltiples beneficios, la canela es una planta de cultivo sustentable, como el bambú; los árboles crecen rápidamente, así como las ramas al ser cortadas. Esta y más son razones suficientes para tenerla siempre en la alacena, desde utilizarla en té hasta incorporarla a nuestras tradicionales recetas mexicanas.
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