Mi mamá siempre me contaba que mi abuelito nunca las dejaba terminar una comida sin algo dulce; incluso cuando el dinero era escaso, así fuera un pedazo de piloncillo, había postre para todos en casa.
Así es como en Don Zabor tenemos una predilección con terminar las comidas con un postre, y en esta ocasión queremos contarte del crumble, que nació durante la segunda guerra mundial como reemplazo de pays y pasteles más elaborados (y costosos), aunque fue hasta el 1924 que fue reconocido oficialmente, pues hasta ese momento no había una receta impresa.
Además de ser una cosa que te hace agua la boca sólo de pensarlo (lo dulce y ácido de la manzana, el caramelo que se forma con el azúcar, lo crujiente del crumble con nueces y la frescura y dulzura de un buen helado), es bastante nutritivo. Queremos reconocer en particular a las nueces en esta receta, pues como te hemos contado antes, tienen muchísimos beneficios.
Crumble de manzana y nuez
Ingredientes
Para el relleno:
Precalienta el horno a 175oC.
Pela las manzanas, córtalas en cuartos, retira los corazones y corta en gajos finos.
Agrega la manzana a un tazón grande y cubre con los otros ingredientes del relleno. Mezcla bien hasta combinarlos todos y coloca esta mezcla en un molde para hornear.
En un tazón limpio, agrega todos los ingredientes del topping y revuelve hasta mezclar bien; con los dedos, rompe los grumos que se hayan formado. Vierte sobre las manzanas en una capa uniforme.
Hornea durante 50 minutos a 1 hora (sin tapar) o hasta que el relleno esté burbujeando, las manzanas estén tiernas (especialmente en el centro del plato) y la cobertura esté doradita.
Deja enfriar al menos 30 minutos antes de servir. Nuestra sugerencia es acompañar tu crumble con helado de coco o vainilla.
Si haces esta receta, cuéntanos qué tal te salió en redes sociales. No te olvides de pedir tus nueces en nuestra tienda en línea Don Zabor o en cualquier Walmart, Superama, Bodega Aurrera, H-E-B, laComer y Alsuper.